Luego de 18 meses en la corte judicial australiana, la comisión de consumo y competencia australiana (ACCC por su nombre en inglés) ha dictaminado que Valve ha quebrantado la ley del consumidor.
La ACCC tiene un conflicto con Valve desde 2014, por no poseer una política clara de reembolso y por no poseer una forma de contactar directamente a Steam en caso de algún problema. Esos fueron las mayores causas del porque de la demanda.
La defensa de Valve esta basada en el hecho que no maneja negocios «oficialmente» en Australia, solo admitiendo que provee el accesos a contenido online a traves de un cliente. Adicionalmente, Valve argumenta que venda «bienes» mas bien vende un servicio; y que los usuarios al registrarse a la plataforma Steam, estos aceptan los acuerdos de subscripcion bajo la ley del estado de Washington, Estados Unidos – No en la ley de Australia.
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